Reflexiones sobre el tratamiento del pueblo gitano en los medios de comunicación

domingo, enero 27, 2008

Toda La Verdad sobre un mal ejemplo


Hoy vamos a hacer referencia al seguimiento que se hizo a una noticia en La Verdad de Murcia. Por lo visto, hace unas dos semanas, ingresaron a una niña gitana en la UCI del hospital La Arrixaca. A partir de ahí, y según La Verdad, se registraron algunos incidentes con la familia de la menor a los que el periódico decidió dar cobertura con las siguientes informaciones:
Vamos a comentarlas partiendo de algunas de las recomendaciones que se proponen a los periodistas a la hora de abordar informaciones sobre minorías étnicas:

1. No hay que incluir el grupo étnico, el color de la piel, el país de origen, la religión o la cultura si no es estrictamente necesario para la comprensión global de la noticia. La trampa en este caso está en decir que sí que necesitamos esa información para comprender la noticia. Sin embargo, esto es falso, decir que son gitanos no sirve para que entendamos mejor la noticia, para lo que sirve es para que reforcemos el estereotipo negativo de que los gitanos no respetan las normas y van a su aire. Al corresponderse con la idea que tenemos es más fácil retenerlo porque, "como los gitanos son así".

2. Es necesario evitar las generalidades, los maniqueísmos y la simplificación de las informaciones. Los gitanos son tan poco homogéneos como los no gitanos. Lo que La Verdad cuenta es un caso concreto pero se generaliza a través de afirmaciones como la siguiente: "en su cultura cuando alguien de su etnia tiene problema de este tipo suelen acudir toda la familia". No se incide en que esto no es lo normal ni lo habitual sino que se atribuye este comportamiento a todo el colectivo gitano.

3. No deben potenciarse las informaciones negativas ni las sensacionalistas. Hay que evitar crear inútilmente conflictos y dramatizarlos. Hay que potenciar la búsqueda de noticias positivas. Es decir, lo que no se debe hacer es justamente lo que se ha hecho. El periódico decidió hacerse eco de esta noticia sin importarle ningún dilema ético sobre la conveniencia de darle cobertura. Así, se crea un conflicto y se dramatiza (el padre que pega al vigilante, los colchones en la sala de espera, el patriarca que tiene que intervenir, etc.). Todas estas referencias no hacen más que exagerar los hechos y presentar la imagen de que nos enfrentamos a un conflicto muy grave. Sin embargo, a la luz de las informaciones del último día, la cosa no fue para tanto. Se habló con ellos y parece que redujeron su presencia en el hospital y moderaron su comportamiento. Lo malo es que el daño ya estaba hecho. A este respecto, siempre son un buen indicador los comentarios que deja la gente a la noticia. Resulta interesante observar como es precisamente en las últimas noticias, las más templadas diría yo, donde el periódico recoge lo que ha sembrado durante los días anteriores. (Sólo hay comentarios en las del día 15)

4. Ecuanimidad en las fuentes de información. Es necesario contrastar las versiones institucionales. Por supuesto, de esto nada. No hay ni una sola declaración que haya salido de la boca de alguno de los miembros de esta familia. Aquí, todo lo dice el hospital (fuente institucional) y no hay contraste alguno con las versiones de la propia familia.

miércoles, enero 16, 2008

Dos autobuses y un destino


Dani me ha pasado esta noticia para que la comente. En la información se cuenta que un distrito de Roma ha aprobado autobuses separados para los niños gitanos. Parece ser que se ha registrado algún incidente en los últimos días y en vez enfrentarse al problema han decidido evadirlo. Nada de interculturalidad, ni de intentar gestionar y solucionar los conflictos por vía educativa. Para qué calentarse la cabeza si podemos aprobar un decreto que los excluya, que los aleje. Las sociedades modernas y democráticas desarrollan políticas educativas que reconocen como principios ineludibles la interculturalidad, la pluralidad y el respeto a las diferentes culturas e identidades. Sin embargo, a la hora de la verdad, se ponen muy pocos medios para llevarlas a cabo. Cuando no, cómo es el caso, se da cobertura a iniciativas que se las pasan por el forro. Además, en España esta mediada sería contraria al artículo 14 de nuestra Constitución. Pero digo yo que los italianos también tendrán su artículo 14. ¿De verdad se pueden hacer estas cosas? Por lo visto, no estamos a salvo.