
Hoy he estado pensando en el criterio esencial que tenemos que tener en cuenta los periodistas a la hora de abordar la redacción de una noticia. Esto es:
El que siga un poco este blog, sabrá lo pesada que soy al respecto. Sin embargo, y a tenor de algunas de las informaciones que me he encontrado últimamente, creo indispensable subrayar, remarcar y volver comentar esta cuestión.
Reflexionemos sobre dos noticias en las que se ha decidido incluir el grupo étnico.
Encuentran un bebé muerto en un contenedor de la basura en Granada (31/01/08). Diario ADN.
Ahora bien, bajo mi punto de vista, los periodistas reproducen en sus informaciones sus estereotipos sobre la comunidad gitana, estereotipos que a su vez están en consonancia con los que tiene la sociedad mayoritaria. Esto es así, hasta el punto de que, ante la inexistencia de datos que expliquen hechos o situaciones especialmente ignomiosas, ellos recurren a una explicación étnica o cultural. Que esto vendría a ser algo como decir: vale, no sabemos el por qué, pero sabemos que por allí cerca había gitanos. Y como mi estereotipo dice que en el universo gitano todo vale. Que los hay delincuentes, estafadores, ladrones y que además, están marginados, pues esto explica lo que ha pasado. Me lo explica a mí y ya de paso se lo explica a mis lectores.
Digamos que el hecho de incluir la pertenencia étnica más que complementar, explica. Además, como estamos familiarizados con el lenguaje periodístico, tenemos interiorizada la estructura del qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué, y tratamos, aunque sea inconscientemente, de que toda la información que aparece en una noticia conteste a estas cuestiones. Según mi hipótesis, el hecho de introducir la pertenencia étnica en estas noticias respondería (extraoficialmente) al quién y al por qué. Datos de los que el periodista carece, en un caso, y a los que complementaría, en el otro.